Procesos

El maíz procedente de la cesecha es tamizado para eliminar cuerpos extraños y luego, mediante el macerado, se ablandan los granos para facilitar su posterior molienda.

En varias etapas de molienda y separación mecánica mediante hidrociclones, tamices y centrífugas, se descompone el grano en sus partes constituyentes, es decir, fibra, germen, gluten y almidón.

La fibra junto con el agua de macerado se emplea para obtener gluten-feed; del germen se extrae el aceite crudo de maíz, y con el gluten se produce el gluten meal.

Estos son los subproductos de la molienda de maíz. El producto principal es el almidón que una vez purificado, puede destinarse a la fabricación de tres grandes líneas de productos:

1) Directamente secado como Almidón o para fabricar almidones modificados, dextrinas y adhesivos.

2) Productos clásicos de la refinación del maíz, es decir, glucosa, jarabes enzimáticos, maltodextrinas y colorante caramelo.

3) Jarabes de alta fructosa o azúcar de maíz.

El proceso de la elaboración de Fructosa comienza a partir del almidón o de su lechada o suspensión. La primera etapa consiste en una cocción o licuación en medio ácido con enzimas. Comienzan así a cortarse las cadenas del almidón (que es un polisacárido) en dextrosa (un monosacárido). Este proceso se completa en la sacarificación, donde se convierte practicamente todo el almidón en dextrosa. Posteriormente, se purifica el jarabe así obtenido mediante centrifugación, decoloración, filtración e intercambio iónico. Luego, en una columna isomerizadora, se convierte parcialmente la dextrosa en fructosa, quedando una poporción de 50% de dextrosa y 42% de fructosa. Este jarabe es fructosa de primera generación o Fructosa 42.

Para elevar aún más el porcentaje de fructosa en aquel, se lo hace pasar a través de columnas de fraccionamiento que contienen una resina que retiene la fructosa y deja pasar la dextrosa. Mediante el manejo de los flujos en varias columnas con un computador, se logra elevar el porcentaje de fructosa hasta un 90%. este jarabe se mezcla con el 42% lográndose así un jarabe de 55% de fructosa. Este último es sometido a procesos de decoloración e intercambio iónico para eliminar las mínimas trazas de impurezas que pudiesen conferir mal olor o sabor al producto.

Todo el proceso es controlado automáticamente por un amplio y moderno instrumental que incluye un computador para el control de la difícil operación de fraccionamiento.

 

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